Helados rizados.

Muy buenas, señores lectores.
Hoy, en una de nuestras tantas excursiones en busca de comida rara, nos acordamos de una tienda de helados que frecuentamos a menudo en verano (y en invierno, un helado nunca sienta mal) rusa, que hace helados rizados. Hacia arriba. Tal y como se ve en la foto. Siempre nos han gustado mucho los helados que hacen en esa tienda, y como lo que nos compramos en el chino proveedor por defecto fue un poco decepcionante, decidimos ir a comprarnos un par para sacarnos el mal sabor de boca (yo sobre todo, que fui la que más probo de esas cosas chinas pasadas de fecha).



Antes de llegar nos paró un ruso parecido a Viktor Krum, que hablaba a lo sumo cinco palabras de español, diciéndonos que daba muestras de helado. Solamente quedaba una muestra de helado de vainilla, así que bueno, la cogí antes de ir a comprar nuestros helados. Le pregunté de dónde era y nos señaló la heladería a la que íbamos a ir, y cuando le dijimos que era justo a donde estábamos yendo, nos miró con cara de no creernos.

Una rubia salvaje probando el helado de vainilla de Viktor Krum.
Bueno, nos dirigimos a la heladería y nos fijamos en que habían añadido un nuevo sabor. Antes había helados de arándano, fresa, vainilla y chocolate. En invierno dejaron de traer helado de arándano, y ahora han vuelto a poner un sabor especial que será revelado más tarde. Y cuando vimos el sabor nuevo, nos sorprendimos y decidimos probarlo. Mientras los que estaban antes en la cola pedían nos repartíamos los turnos para ir probando todos los sabores.

- Yo quiero uno de vainilla y chocolate.

+ Entonces yo me pido uno de fresa y el nuevo sabor.

- Vale, como quieras.

+ Pero es que también quiero de chocolate.

- Pues de chocolate y el nuevo sabor, y yo me pido el de vainilla y fresa.

+ Pero quiero de fresa.

- Bueno, podemos pedirnos uno de fresa y vainilla y otro de chocolate y fresa y luego pedirnos uno solo del nuevo sabor.

Y así fue como nos repartimos los turnos. Aquí fotos de los helados rizados que tanto molan (nos los pedimos pequeños porque el dinero escaseaba, los hay medianos y grandes que en vez de grandes son gigantes):

Bueno, nos pedimos los helados y nos fuimos a comérnoslos en la playa (la heladería está en el paseo marítimo). Íbamos a sentarnos en un helipuerto que hay puesto en mitad de la playa for teh lulz, pero había arena y pocas ganas de ensuciarnos, así que decidimos sentarnos en un escalón al lado de las escaleras para no ensuciarnos los pies. Poco importó. Como Kony se pringó entera, como siempre que toma helado, así que fue a limpiarse las manos al mar. No sin antes dejarme el poco helado que le quedaba a ella.

Cuando acabamos nuestros respectivos helados, fuimos a comprarnos una tarrina del sabor especial: té verde. Estaba delicioso, sabía a té verde con leche y azúcar (descripción made in Kony) y nos gustó mucho.

Ya sabéis, si algún lector alguna vez viene a Marbella y le apetece un helado rizado, que nos recuerde a Kony o a mí que le llevemos, que están muy ricos (sobre todo el de chocolate, que sabe a Nesquik).